Las noches de los castilleros vivientes

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Y, finalmente, el Hospital de Las Castillas cerró sus puertas.
Más de 40 personas han ayudado a gestionarlo, hasta que, las pasadas noches del 31 de octubre y del 1 de noviembre, 341 voluntarios se atrevieron a visitar sus instalaciones; llenas de secretos indescriptibles y detalles inenarrables pero, sobre todo, repletas de esfuerzo, ilusión y ganas.
Tras dos meses de ideas y trabajo, la mayor satisfacción ha venido tras comprobar que, además de poder disfrutar de todo el proceso de gestación de este proyecto, éste ha traído consigo una enorme respuesta positiva por parte de quienes visitaron el pasaje.
Agradecemos enormemente las felicitaciones recibidas y, sobre todo, haber podido comprobar que, quienes nos visitaron, vivieron una experiencia única y divertida. Algo bueno y diferente que ocurre en Las Castillas. Paradójicamente, algo repleto de muertos, ha dado grandes dosis de vida y diversión a este lugar.
Como Asociación, queremos dar las gracias a todos los voluntarios que nos han ayudado, sin excepción (afortunadamente son demasiados como para nombrarlos a todos). Pero, de manera especial, a dos de nuestros socios que han sido los que han hecho posible este evento tan ambicioso: Ana Otiña y Miguel Durán. Desde el primer momento, se han volcado en esta tétrica y divertida aventura y han sabido hacerla realidad. Siempre favoreciendo un clima de enorme respeto y con un ejemplar espíritu constructivo.
Adiós, querido Doctor Llopis, te vamos a echar de menos.

Hola, gente con ganas de hacer cosas grandes y diferentes en Las Castillas.
Seguimos avanzando.

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